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921. Las revoluciones

"Toda la luz de la tierra
la verá el hombre
por la ventana de una lágrima"
(León Felipe)


Las revoluciones se hacen y se seguirán haciendo en la historia contra los tramposos: no solo contra el capitalista, el señorito y el mercader, como quieren alguno, sino contra el historiador tramposo, contra el arzobispo tramposo y contra el líder tramposo también. Las revoluciones se hacen para restaurar la justicia y para colocar a cada hombre en su lugar. No se hacen tan sólo para resolver un problema de desigualdad económica y social, sino para resolver el gran problema del hombre. Y no se hacen solamente contra las dictaduras humanas, sino contra la dictadura de las estrellas también.

Estrellas, estrellas dictadoras nos gobiernan.

Las revoluciones se hacen contra el silencio de los dioses y los designios implacables de los hados sobre todo.

Y no las hacen las masas ni los tiranos. Las hace el hombre. No un hombre singular, sino el hombre. El genio poético y prometeico que está en potencia, dormido en todos los seres humanos y que tiene que despertar el gran líder, no el gran demagogo . El gran demagogo es el que habla al hombre de felicidad, y despierta en él el egoísmo y la concupiscencia; el gran líder es el que habla de sacrificios y despierta en él el heroísmo.

No se puede hacer ninguna revolución mirando a la tierra solamente. Si luchamos por el pan nada mas, solo habrá guerras y rapiña. Y la historia no será más que un eterno "quítate tú de ahí para que me ponga yo".

Mañana al mundo lo gobernarán los poetas.

¿A qué poetas me refiero yo?

El genio poético-prometeico es aquella fuerza humana y esencial que en los momentos fervorosos de la Historia puede levantar al hombre rápidamente,
de lo doméstico a lo épico,
de lo contingente a lo esencial,
de lo euclidiano a lo místico,
de lo sórdido a lo limpiamente ético.

El poeta no es aquel que juega habilidosamente con las pequeñas metáforas verbales, sino aquel a quien su genio prometeico despierto le lleva a originar las grandes metáforas:
sociales,
humanas,
históricas,
siderales.

Don Quijote es un poeta de esa clase. Es un poeta activo y de transbordo. Y se diferencia de todos los demás poetas ordinarios del mundo en que quiere escribir sus poemas no con la punta de la pluma, sino con la punta de la lanza.

Allí donde está la imaginación ha de estar la voluntad en seguida,
con la espada,
con la carne, 
con la vida,
con el sacrificio, 
con el ridículo, 
con la pantomima, 
con el heroísmo,
con la muerte...

La historia la hacemos entre los dioses y los hombres.

Y cuando los dioses se duermen por cansancio o por astucia, es cuando más ha de vigilar el hombre. Y dar la señal de alarma. La señal de alarma la da siempre el poeta prometeico.


León Felipe
El payaso de las bofetadas, 1938






2 comentarios:

  1. Entre las montoneras del olvido, uno de los más olvidados. Gracias por traerlo. Recuerdo su descubrimiento, de adolescente, en aquella Antología rota, cómo no, de Losada. Han pasado los años, eso es cierto, no las voces que dicen, que dicen...
    Abrazos, siempre

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  2. Apreciado Amando, la poesía de León Felipe está más vigente que nunca ...

    "Yo no sé muchas cosas, es verdad.
    Digo tan sólo lo que he visto.
    Y he visto:
    que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
    que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
    que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
    que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
    y que el miedo del hombre...
    ha inventado todos los cuentos.
    Yo no sé muchas cosas, es verdad,
    pero me han dormido con todos los cuentos...
    y sé todos los cuentos"

    Un abrazo y en un día como hoy, 14 de Abril, ¡Salud y República!

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